COMENTARIOS PARA LECTORES OCASIONALES

Inauguré este sitio con 5 artículos que ya tenía escritos, entre 2003 y 2005. Algunos analizaban un momento particluar y pueden sonar desactualizados, pero en la mayoría de los casos son hechos cuyos efectos perduran.
A partir de ahí voy subiendo mis comentarios que considero más interesantes para el público interesado en temas políticos. En general tratan temas de política internacional, de Argentina y Latinoamérica. Muy rara vez escribo sobre la política local de mi provincia, Tucumán.
Espero que disfruten del blog.

MARGINALIA

Zion: Ciudad Menemista

Matrix Reloaded vista desde la Argentina

Haber vivido en Argentina asombrado y golpeado por la política del último cuarto de siglo, y con un mínimo de conciencia y memoria sobre los hechos que influyeron en nuestras vidas durante ese período, hace inevitable una visión un poco diferente del reciente éxito cinematográfico.
Una pregunta que no puedo evitar es cómo hace una sociedad para llegar en el futuro a generar una ciudad como Zion, donde coexisten dispositivos tecnológicos de punta, naves espaciales, medios revolucionarios de transporte, computadoras sofisticadas bio-integradas, además de maquinaria pesada, construcciones civiles elaboradas, etc. y paralelamente una población con estructuras sociales prediluvianas (literalmente hablando). El cuestionamiento no es menor, ya que la acción transcurre en el futuro, o sea, que es posterior a nuestro presente, donde la democracia se ha extendido por la mayor parte del planeta como forma de gobierno. En un sistema donde la aprobación popular es requisito para detentar el poder, es difícil imaginar que el recorrido social conduzca a niveles de desigualdad como lo que vemos en la película. Una clase dirigente integrada a los adelantos y comodidades del futuro, y una población numerosa muy evidentemente marginada del sistema, sin poder adquisitivo, sin acceso a una buena educación, salud, y sin la tan necesaria autoestima, a decir de Fidel Castro.
La escena (patética a mi entender) del discurso del personaje de Lawrence Fishbourne, lleno de voluntarismo, vacío de racionalidad e ideas, a una multitud necesitada de un líder carismático, que en nuestro imaginario parece más integrada a un pasaje de “La guerra del fuego” que a una película que transcurre en el futuro, es una muestra de esa dualidad muy extrema que fue concebida para ese último reducto humano, cuya salvación es el fin mismo de toda la saga de Matrix.
Aplicando la reciente experiencia argentina para tratar de imaginarnos cómo esa estructura social puede alcanzarse, ayuda notablemente. Un ejercicio interesante sería el siguiente: Nestor Kirchner recientemente definió muy acertadamente el surgimiento contemporáneo del cliente político y el fenómeno de la desocupación (en índices preocupantes, se entiende). Este nuevo protagonista social recibe un subsidio del estado (llámese Plan Trabajar, Jefas y Jefes, etc.) que le permite apenas subsistir, y en muchos casos pasa a depender del puntero político para que este subsidio no caiga. Llegadas las elecciones, es muy probable que este individuo vote al partido del poder, a pesar de que fueron las políticas económicas de este partido las que lo marginaron del sistema al privarlo de su trabajo formal. En el otro extremo de la pirámide social hay alguien a quien le está yendo bastante mejor que antes, recordemos que el PBI de la Argentina tuvo un incremento durante los 90, o sea que en términos generales, el país creció, a pesar del enorme aumento de la pobreza. Sigamos imaginando ahora que esa minoría que ha concentrado enormes riquezas decide aprovechar su capacidad contributiva para pagar impuestos, a diferencia de las ruines conductas vistas en nuestro país, y de esa manera garantizar la financiación de estos planes, de tal manera que aparezcan en la misma proporción en que la riqueza se concentra. Con el correr de los años se podría contar con una masa de votantes marginales, viviendo de dádivas estatales y dependientes de la continuidad política para subsistir, deteriorándose su calidad de vida, reduciéndola a expresiones mínimas. Por otra parte, el sector social que concentraría la productividad de sus puestos de trabajo, y la mejor tajada del PBI, podría seguir accediendo a la mejor educación y salud que su dinero pueda comprar. También seguiría avanzando la tecnología, la bio-ingeniería y demás disciplinas, y con el correr de las décadas cualquier centro urbano importante de nuestra querida patria tendría la apariencia de Zion.
Además        

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